Desarrolle un corazón de Rey
Lo que Dios tiene para que viva en esta tierra se lo va revelando en su interior para que se establezca el reino.
Miremos algunas cosas sobre David y sus comienzos como rey. El tuvo debilidades pero eso no le quita que haya sido un hombre grande y elegido por Dios. Nosotros podemos usar los mismos principios que David manifestó para vivirlos en este tiempo y vamos a ver que no habrá posibilidades para el fracaso.
Al principio David no tenía apariencia, ni tampoco tenía algo externo por lo cual se le pudiera decir que sería el próximo rey. Dios había colocado al Rey Saúl para que tuviera éxito, pero le fue mal porque él se dirigió hacia el fracaso, por eso Dios le dio una oportunidad a David.
Ahora usted no debe pensar que alguna cosa puede salir mal, porque así está haciendo provisión para el fracaso. Mientras David cantaba y era pastor de las ovejas de su padre, no daba el aspecto como para ser rey, tampoco se veía a sí mismo como un rey. Sin embargo, cuando Samuel se dio cuenta que Dios había dejado de lado a Saúl por su rebeldía, se puso a llorar y Dios le dijo: “No llores más…”. ¡Ahora Usted debe dejar de llorar, séquese las lágrimas y empiece a manifestar la Palabra y a triunfar sobre la adversidad! ¡Gócese en el Señor por que lo que viene es grande!
Jesús tenía que alcanzar Su destino acá en la tierra. Y dice la Biblia que sufrió la cruz con el gozo puesto por delante porque sabía que venía a cumplir ese plan. Y además, sabía que a través de su muerte y resurrección nos daría la victoria frente al pecado, la enfermedad y la muerte. Por eso, la escritura dice que él cargó el pecado de todos nosotros y ahora somos la justicia de Dios. Cuando Él lo mira a usted lo ve a través de Cristo y lo ve en victoria y en bendición.
Vemos acá que Dios le dijo a Samuel que Él ya había elegido a alguien para ocupar el lugar de Saúl. ¿Cómo hace Dios para elegir a alguien y ponerlo en su destino sin apariencia para eso? No se podía decir de David por su apariencia. “Este muchacho va a ser rey o va a volar alto”. Hasta el momento sólo era un pastor de ovejas. Pero lo que Dios mira es la actitud del corazón y la confianza que usted tiene para moverse en Su destino con el Señor.
Diga: “Mi corazón tiene la presencia, la vida de Dios, y esa vida comienza a manifestarse en todas las áreas.” Voy camino a mi destino espiritual para ver la gloria de Dios!
Dios ve Su corazón
Aunque David no tenía apariencia de rey tenía corazón de rey. Hay algo que la gente no ve de nosotros pero Dios sí y es nuestra vida interior. Así que Samuel lo que hizo fue agarrar el cuerno de aceite y dirigirse a la casa de Isaí para ungir al nuevo rey. Usó el sentido común pensando que era el primogénito, pero cuando lo iba a ungir Dios le dijo: “Éste no es” ¿Por qué? Porque Dios mira el corazón. No le podemos vender a Dios cualquier apariencia porque Dios conoce nuestro corazón. La provisión de Dios, Su presencia, Su Palabra nos ayuda a hacer lo correcto. Él discierne nuestro corazón y nuestras intenciones.
Confiese: ¡Dios me ve como alguien que va a estar arriba solamente y nunca debajo! ¡Yo me miro como el me ve!
Luego de ver a todos los hijos, Samuel preguntó: “¿Hay otro hijo?” Esto quiere decir que ni la familia lo tenía en cuenta a David. Dio sí vio su corazón aun cuando ni su familia se dio cuenta. Aunque él estaba tocando el arpa en la montaña, Dios lo veía vestido con ropas de rey. Dios sabe que usted tiene un potencial grande. Eso es lo que vale, lo que Dios ve, y eso es lo que usted tiene que ver. Cuando lo trajeron a David, Dios dijo: “Esta es la persona.” Todos lo vieron y participaron de la reunión en la cual el fue ungido. Ahora David podría haber dicho: “Ahora que estoy ungido, ¿dónde queda el trono?” Sin embargo no fue así, salió con las ovejas y con su arpa, con la actitud de esperar el destino de bendición que Dios tenía. Para sus hermanos y su padre que vieron cómo Samuel lo ungió, no habrá significado mucho porque él se volvió a su lugar habitual. ¿Cambiaron de opinión después que fue ungido David? ¡No! Nadie lo vio como Dios lo veía.
Un día el padre lo llamó a David de donde estaba con las ovejas, esto era cuando los otros hijos estaban en el ejército. Le preparó quesos y panes, y lo mandó donde estaban sus hermanos para llevárselos. Ni el padre lo veía como Dios lo veía a pesar de haber escuchado y visto lo que había hecho el profeta con él.
Ahora no importa lo que piensen de usted, Dios sí que tiene planes sobre su vida. Usted va a ser de bendición sobre mucha gente, va a poner manos sobre ellos y bendiciones correrán a través de su vida. Será el mejor canal de bendición que Dios tiene para sus seres queridos.
Confiese: ¡Ya no soy más un perdedor, sino que hay un espíritu de bendición dentro de mí!
Apóstol Juan Crudo
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