sábado, 23 de enero de 2010

como evitar Y LAS causas de la trombosis:

Dieta y circulación de la sangre: La dieta influye en la circulación

Previene trastornos que derivan de una mala circulación y alivia algunos de sus molestos síntomas

Las varices, las hemorroides e incluso la celulitis y la pesadez e hinchazón de las piernas son trastornos más o menos molestos, que aunque en la mayoría de los casos no son graves, afectan a la vida de quien los sufre. Todos ellos están provocados por diversas causas pero tienen un denominador común: la mala circulación de la sangre. Y la dieta juega un papel importante tanto en la prevención de estos trastornos como en el alivio de los dolorosos síntomas.

El aparato circulatorio

Para entender cómo la alimentación puede influir en la circulación de la sangre, haciéndola más o menos fluida, previniendo trastornos o aliviando los síntomas que se derivan de una mala circulación, conviene conocer someramente el papel del aparato circulatorio.

El aparato circulatorio está formado por el corazón, las arterias, las venas, los capilares y la sangre, y se encarga de proporcionar oxígeno y nutrientes a las células a través de la sangre. El corazón bombea sangre oxigenada procedente de los pulmones y la impulsa a través de las arterias y los capilares hacia las células de todo el cuerpo. Tras llegar a las células, la sangre vuelve al corazón a través de las venas y se oxigena de nuevo en los pulmones. Por tanto, cualquier elemento que obstruya el paso de sangre por las arterias o las venas provoca un trastorno en la circulación sanguínea. La arteriosclerosis debida al depósito de colesterol, grasa y sustancias de desecho de la sangre, es la causa más común de obstrucción arterial, y si no se trata a tiempo puede provocar un infarto. Si la sangre está muy densa, se pueden formar coágulos que impiden la normal circulación, lo que puede dar lugar a trombosis. La mala circulación venosa puede provocar también trastornos menos graves pero molestos como varices, hemorroides y celulitis.

Consejos para mejorar la circulación

  • Tenderse con las piernas en alto unos minutos cada día.
  • Acostarse sobre el lado izquierdo del cuerpo para dormir.
  • Dormir con las piernas un poco elevadas (con ayuda de un cojín o pequeña almohada debajo de los pies).
  • El calor no es aliado de la circulación, produce vasodilatación de los capilares, lo que puede provocar más hinchazón, pesadez, cansancio y dolor. Por ello no son convenientes las saunas o los baños calientes. Se recomienda ducharse con agua templada y acabar con un chorro de agua fría en las piernas.
  • Hacer ejercicio activar la circulación: caminar, caminar de puntillas, flexiones de piernas, nadar, correr, mover las piernas mientras se está sentado.
  • Masajearse los pies y las piernas siempre de abajo a arriba, del tobillo al muslo.
  • Emplear ropa cómoda, calcetines y medias que no opriman, zapatos cómodos, etc.
Los alimentos y la circulación de la sangre
Nutrientes aconsejados ¿Por qué? ¿Qué alimentos lo contienen? ¿Qué ración en necesaria?
Fibra Favorece el tránsito intestinal y una defecación sin esfuerzo. Esto hace que no aumente la presión abdominal y no se debiliten las paredes de las venas y de la pared del colon; hay menos riesgo de sufrir estreñimiento, varices y hemorroides. Frutas desecadas (ciruelas pasas y similares), frutos secos, legumbres, verduras y hortalizas, fruta fresca y cereales integrales. Salvado de trigo o avena.

Tome 3 piezas de fruta, una ensalada y algo de verdura (como primer plato o como guarnición del segundo) cada día.

Elija alimentos integrales: el pan, la pasta, el arroz...

Incluya en la dieta diaria una ración de frutos secos o desecados (cinco nueces o un puñado de otros frutos secos).

Antioxidantes Protegen frente a los radicales libres, sustancias causantes del envejecimiento y del deterioro de las paredes de arterias y venas. Favorecen el buen estado de los vasos sanguíneos, tienen acción antiinflamatoria y vasoconstrictora. Vegetales en general. Los más ricos: aguacates, bayas (moras, fresas, frambuesas, arándanos), coles en general, zanahorias, cítricos, uvas, cebollas, espinacas y los tomates.
Potasio Favorece la eliminación de agua, lo que es beneficioso en caso de tener piernas hinchadas o retención de líquidos. Frutas desecadas, frutos secos, germen de trigo, legumbres, hortalizas y verduras, frutas, cereales integrales, pescados y carnes.
Ácidos grasos poliinsaturados Reducen el colesterol y los triglicéridos sanguíneos, lo que evita la arteriosclerosis. Hacen más fluida la sangre, disminuyen su viscosidad y actúan como antiagregantes, lo que reduce el riesgo de que se formen trombos o coágulos. Aceites de semillas (girasol, maíz, soja), margarinas vegetales, frutos secos (en especial, nueces y almendras), pescados azules y aceite de hígado de bacalao. Combine en la dieta el aceite de oliva y semillas.
Incluya habitualmente una ración de frutos secos (un puñado son 20-30 g).
Tome pescado azul al menos 2 veces a la semana.
Agua Facilita la eliminación de toxinas y la depuración de la sangre, hace que la sangre esté más fluida. Sin la cantidad adecuada de agua la velocidad de la sangre disminuye. Agua, zumos, licuados, caldos, sopas, infusiones... Plantas con mayor poder diurético: diente de león, té..., con el consejo de un profesional. Tome entre 6 y 8 vasos de agua (también pueden ser zumos o similares) cada día.

Nutrientes desaconsejados ¿Por qué? ¿Qué alimentos habría que disminuir?
Sodio El exceso de sodio (componente de la sal) retiene líquidos lo que obliga al corazón, al hígado y a los riñones a trabajar por encima de sus posibilidades. Este exceso se relaciona con trastornos circulatorios y de retención de líquidos, y empeora la hinchazón en las piernas. Sal y alimentos salados: conservas de todo tipo, patatas fritas y similares, sopas de sobre, salsas, aceitunas, encurtidos, panes, bollería, galletas, embutidos, quesos curados, carnes y pescados salados o ahumados, precocinados.
Grasas saturadas El exceso de grasa saturada tiende a aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos, lo que favorece la arteriosclerosis, y aumenta la viscosidad de la sangre, y esto puede provocar trombosis. Mantequilla, nata, embutidos, tocino, repostería industrial, precocinados.

Además hay alimentos que por su composición favorecen la dilatación de las venas, lo que empeora las hemorroides y las varices y la trombosis, o dificultan el trabajo de depuración de la sangre que hace el hígado, y esto no ayuda a mejorar la celulitis: comidas picantes o muy especiadas, bebidas alcohólicas, chocolate, café y dulces y el cigarrillo.

UN EFECTO DE UNA TROMBOSIS DADA ES POR GRAVE LA QUITADA O CORTADA DE UNA PIERNA,PARA EVITAR QUE EL TROMBO SE SUBA AL CORAZON O A LA CABEZA PRODUCIENDO UN PARO CARDIACO O CEREBRAL Y ASI LA MUERTE.


Trombosis

Dado el tamaño de los aviones y la cantidad de pasajeros transportada, hace que los espacios sean realtivamente pequeños, por lo tanto, la mayor parte del tiempo la mayoría de las personas deben permanecer sentadas en sus butacas. Las caminatas son limitadas y breves. En efecto todas las actividades posibles (leer, cenar, ver una película, conversar) las haremos sentados.

Por otra parte, es frecuente que durante los viajes en avión olvidemos hidratarnos adecuadamente aún cuando esto sea perfectamente posible. Si a esto se añade el consumo de alcohol y la sequedad ambiental, es posible que tenga consecuencias negativas sobre el organismo.

Una deshidratación ligera y la escasa movilidad hace que la circulación sanguínea se vuelva más lenta por lo cual pueden formarse trombos en las venas, especialmente en las piernas. Pero estos trombos pueden romperse más adelante y generar complicaciones graves. Si bien el desarrollo de una trombosis venosa por viajes en avión es infrecuente, nada se pierde previniendo.

Cómo evitar la trombosis

Ropa cómoda

Llevar ropa cómoda durante el vuelo significa evitar ropas ajustadas que pudieran dificultar aún más la circulación de la sangre que asciendo por las venas.

Caminar un poco

En la medida de lo posbile, es aconsejable levantarse en el avión una vez por hora y dar paseos de cinco a diez minutos, procurando contraer los músculos de las pantorrillas.

Flexión de tobillos

En ocasiones, no es posible movernos del asiento, ya sea por las características del viaje o por el tamaño del avión. Se aconseja en estos casos mover los pies hacia arriba y hacia abajo

Agacharse con la espalda recta

Ubicados en el pasillo, con las manos apoyadas sobre el respaldo de las butacas enfrentaadas en uno y otro lado, agacharse flexionando las piernas, de puntillas y sin curvar la esplada. De eta manera, es posible estimular la circulación. Lo ideal es realizar este ejercicio durante cinco a diez minutos por hora.

Hidratación

No debemos olvidar beber suficiente agua. Lo aconsejable son dos litros diarios y lo aconsejable es llevar una botella propia para evitar la molestia de solicitar agua a las azafatas tantas veces. Cabe tener en cuenta que el café es un diurético y que el alcohol también favorece la deshidratación.

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