“Cuya esperanza está en el Señor su Dios”: la esperanza, cuando está colocada donde se debe, implica que se está abierto a eso que se está esperando y por consecuencia, lo que se espera vendrá a la vida del que está esperando. “El cual hizo los cielos y la tierra”: obviamente que el material que Dios usa para hacer el cielo y la tierra es su palabra: (hizo) “el mar y todo lo que en ellos hay”, todo lo hizo con su palabra, “que guarda verdad para siempre”: quiere decir que todo lo hizo con la palabra, su palabra, y su palabra es la verdad.
Sigue diciendo el verso 7: “Que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos”, Él da palabra a los hambrientos. La palabra hambriento es igual a ambicioso, y ambicioso, igual a una persona que tiene grandes deseos de conseguir algo, grandes deseos de obtener algo.
La ambición es la base de todo, o sea, sin la ambición, o sin el deseo positivo, o sin los deseos de Dios, no hay ninguna posibilidad de obtener cosas, solo es posible cuando hay deseos, cuando hay ambiciones. Por eso, la ambición en el Señor nunca es negativa, porque Él quiere que yo ambicione, porque Él da palabra, revelación, enseñanza, a los que ambicionan, ahí lo dice: Él les da pan a los hambrientos.
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