domingo, 13 de julio de 2014

La 'trans' del Distrito

SEMANA: ¿Qué respondería si un extranjero le pregunta si en Bogotá se respeta la diversidad sexual?TATIANA PIÑEROS: Le diría que aquí existe una política pública y que la población LGBTI ha salido beneficiada. Esto no significa que haya dejado de haber desigualdad, pero sí que la ciudad quiere alcanzar el nivel de respeto de otras capitales.SEMANA: ¿Podría Bogotá ser algún día un destino de turismo LGBTI?T. P.: No estamos tan lejos. Le pongo un ejemplo. Hay una discoteca llamada Teatrón, una de las más grandes de América Latina, que atrae a gente de todo el mundo por la diversidad que ofrece. La gente viene a Bogotá solo para ir a Teatrón. Como ese lugar hay muchos otros: restaurantes, teatros…SEMANA: ¿Qué significa para Bogotá su nombramiento?T. P.: Es un mensaje contundente de diversidad e igualdad. Me han dado esta responsabilidad no por ser transgenerista, sino por mi formación y experiencia. He logrado entender que soy una persona como cualquier otra, y eso me ha permitido llegar hasta acá.SEMANA: ¿Cómo logró entender eso?T. P.: En cierto momento, yo sentía que era diferente. Me preguntaba, por ejemplo, por qué a mí no me gustaba lo mismo que a mi hermano. Y eso era un inconveniente. Eso pasa cuando los temas de diversidad sexual no se muestran, ni se tratan. Más adelante, descubrí que lo mío es transgenerismo y lo asumí. Así me di cuenta de que no soy un bicho raro, que la mía es una condición humana como cualquier otra.SEMANA: ¿Quiere reorientar el turismo de la ciudad?T. P.: Desde la administración pública se le puede explicar a la gente por qué un turismo sexualmente diverso es atractivo desde un punto de vista financiero. Pero ojo, yo no quiero convertir a Bogotá en un emblema LGBTI. Quiero más bien que el mundo la conozca como una ciudad amigable con la diversidad.SEMANA: ¿Cuál será su estrategia?T. P.: Consolidar la proyección internacional, vender a Bogotá y hacer que la gente venga. En 2013, vinieron 1 millón de extranjeros y 7 millones de turistas colombianos. Estoy convencida de que la ciudad debe volverse más amigable para atraer más gente. Y eso solo se logra adaptándola a sus habitantes y visitantes y no haciendo que estos se adapten a ella. SEMANA: ¿Cómo piensa hacerlo?T. P.: Es necesario que los bogotanos se apropien de la ciudad. Aquí muchos no la conocen. Yo quiero que la visiten, la reconozcan y la quieran. Solo así dejará de ser una selva de cemento, y eso redundará en la cultura turística.
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